La Venecia del Este

23 febrero 2011 at 22:00 (Arquitectura, Fotos, Fotos JAO, Historia, Literatura, Poesía, Viajes)

Cuando el occidental Marco Polo visitó la ciudad de Suzhou en 1276, se refirió a ella como una ciudad muy grande y noble con un número incalculable de habitantes pertenecientes todos ellos al Gran Khan. En aquel tiempo, la ciudad tenía su propio papel moneda, lo que la diferenciaba de otras ciudades no tan prósperas.

Esta ciudad era un gran centro cultural y comercial en aquel momento. Su posición estratégica cercana a la desembocadura del río Yangtsé, hicieron de Suzhou uno de los centros comerciales mejor situados, sobre todo cuando se finalizó la construcción del Gran Canal, lo que rápidamente multiplicó su riqueza y la urbe creció de forma bastante rápida.

Marco Polo se quedó muy impresionado con la tecnología del transporte del Gran Canal, y con la prosperidad económica que esta fluidez reportó a esta gran ciudad de jardines y canales:

«El Gran Khan… ha hecho construir un enorme canal muy ancho y profundo, de río a río y de lago a lago, y hace que el agua fluya por él como si fuera un gran río… Es posible ir… a lugares tan alejados como Jan-balik» (nombre de Pekín bajo los Yuan).

El viajero veneciano se quedó maravillado con la multitud de buques y barcazas que navegaban por el canal, de gran tamaño y cargadas de mercancías de gran valor.

La ciudad tenía gran cantidad de manufacturas de seda y un próspero comercio en este delicado tejido y su artesanía asociada: pesados brocados de oro y de plata con adornos florales, que se tejían para la corte imperial.

La corte mongola del Gran Khan envió numerosos regalos de sedas a los soberanos extranjeros, y se encuentran sedas y telas chinas de esta época en Asia Menor, en Egipto y en Occidente, donde los dibujos y colores de las sedas chinas influyeron en las técnicas europeas de fabricación.

Antes que Marco Polo, misioneros cristianos nestorianos, ya habían llegado a la capital de aquel imperio desconocido para occidente.

Desde el año 635, la iglesia nestoriana resistió durante muchos siglos, con fases alternas de persecuciones y expansión y muchas de sus comunidades seguían en activo en la época del viaje de Marco Polo (1275-1292).

Pero hasta después no encontramos más relatos donde se atestigüe la riqueza y prosperidad de la lejana Catay y la grandiosidad de sus comunicaciones fluviales:

«…hay mucha costumbre de viajar por los ríos: comodísimos, porque además no hay parte del imperio, por remota y a trasmano que esté, que no se comunique con todas las otras por algún río; y por eso decía el P. Matteo Ricci que toda la China, con lo grande que es, parecíale una continuada Venecia por los muchos ríos que llevan a las ciudades, al igual que en aquella incomparable ciudad los canales llevan a todos los edificios.»   (Danielo Bartoli, Cina, 1661)

Suzhou es una de las ciudades más antiguas de la cuenca del río Yangtsé, con más de 2.500 años de historia.

En el siglo XII se convirtió en una ciudad muy importante, amurallada y rodeada por fosos, con más de 20 canales principales que la surcaban en todas direcciones. Para comunicar la inmensa ciudad acanalada, había más de 5.000  puentes de piedra, que, según Marco Polo, eran tan sublimes, que podían pasar por debajo de ellos dos barcos juntos.

Estos detalles son los que han hecho que Suzhou haya retenido su encanto «renacentista» y su sobrenombre como la Venecia del Este o Venecia de Oriente.

En el siglo XIV, Suzhou era la mayor productora de seda en China.

Durante el Imperio Romano, la seda se vendía a peso de oro, y de Grecia fue de quien Italia recibió antaño este rico presente. Los griegos a su vez se la debían a los persas y éstos confiesan que fue originariamente la China la que les dio a conocer los gusanos de seda, y la que les enseñó el arte de criarlos.

La inmensa riqueza generada por este negocio, atrajo a Suzhou a aristócratas, eruditos, actores y pintores de renombre, vividores y cortesanas, que se instalaron en ella, construyendo palacetes y jardines para su disfrute personal.

En el siglo XVI la ciudad tenía más de 100 jardines clásicos chinos, grandes y pequeños, que dieron un renombre a la ciudad que ha llegado a nuestros días: la ciudad de los jardines.

Los elementos clave de los jardines de Suzhou son las rocas y el agua. De la misma forma que en los jardines zen japoneses, sorprende la escasez de flores y la ausencia de fuentes. El objetivo definitivo de su esmerado diseño se basa en crear la ilusión de un paisaje natural relajado y silencioso, fundamentado únicamente en agua, musgo, arena y rocas.

Estos jardines de Suzhou, y los jardines clásicos chinos en general, parecen evocar el silencio que el poeta Li T’ai-po (701-762) buscaba en su retiro de la corte:

¿Por qué permanezco en estas montañas de jade?
Yo respondo con la sonrisa. Mi corazón está sereno.
Flores que caen. Agua que corre. Todo se va y desaparece…
Estamos en un mundo desconocido de los mortales.

Todo sería tranquilo, si no fuera por los numerosos turistas nacionales chinos, millones de nuevos burgueses, que gastan su tiempo y dinero en la futura primera economía mundial, rompiendo ese buscado silencio con su bullicio.

Fuentes documentales utilizadas:

Fodor’s China. El Pais S.A. – Aguilar S.A. de Ediciones
China, luces y sombras de un gran pais. Damian Harper y otros. Lonely Planet.
Arte de la China. Summa Artis Vol. XX. Espasa Calpe.
La China. Las artes y la vida cotidiana. Editor> Franco Maria Ricci.
Fotografías JAO 1997.

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Classic Comedies II

1 febrero 2011 at 22:00 (Cine, Comedia)

Si las películas en la primera entrega  de Classic Comedies eran todas joyas del cine mudo, esta segunda entrega ya refleja algunas de las primeras incursiones de la maquinaria de Hollywood en el sonoro.

Las comedias hasta la llegada del sonoro, estaban plagadas de persecuciones, piruetas y caídas que como vimos en la primera entrega, a punto estuvieron de costarle un disgusto a más de uno de aquellos famosos actores.  El “cine cómico”, como se llegó a conocer a las comedias americanas de la época muda, era un cine lleno de trucos fotográficos, tortazos  y  lanzamientos y golpes de tartas, plagado de persecuciones automovilísticas alocadas y de acontecimientos insólitos que no necesitaban demasiadas palabras para provocar la hilaridad en el público.

La llegada del sonoro significará una revolución en el género, y las comedias se comenzarían a realizar con un estilo más sutil donde se incorporaban chistes y juegos de palabras.  El sonoro significó además la desaparición de muchos cómicos estrellas de la época muda, que o no supieron adaptarse al nuevo medio, o se retiraron a disfrutar de los beneficios obtenidos en su época de oro. Otros, como en el caso de Chaplin, Búster Keaton o Laurel y Hardy, seguirían en la industria cinematográfica adaptando sus comedias e incorporando elementos sonoros y diálogos ingeniosos. Además en esta época se introduciría en la industria una nueva generación de cómicos como los Hermanos Marx, Abbot y Costello y otros muchos, que incorporarían a los modos característicos del cine cómico de la era muda, los nuevos descubrimientos de la comedia sonora.

A partir de aquí el cine de comedia en general, perderá el sentido del ritmo de la comedia clásica anterior y se va reduciendo a una sucesión, más o menos acertada, de gags.  Comenzarían aquí a desarrollarse también las comedias de guardarropía o de “dormitorios y cuartos de baño”, con un estilo más elegante y sofisticado y del que sería un máximo exponente mi admirado Ernst Lubitsch.

Long Pants, fue otra película muy exitosa de Harry Langdon realizada para First National en el año 1927 y en la que volvía a estar dirigido por Frank Capra.

Interpretaba a un tierno muchacho de campo al que su padre le compra sus primeros pantalones largos, y que como efecto inmediato de ponérselos se veía enfrentado a unos embaucadores de la ciudad  y se enamoraba de una chica “vamp” interpretada por Alma Bennett, y que era novia de un gangster (interpretado por Gladis Brockwell), buscado por la policía y con actividades tan infantiles como el atraco a mano armada o el tráfico de drogas.

Las relaciones con entre Langdon y Capra se hicieron demasiado tensas e insoportables y la estrella, famoso por su enorme egocentrismo y su exacerbado auto-adulador narcisismo, acabó despidiendo a Frank Capra convencido totalmente de que él era capaz de escribir y dirigir solo sus propias películas, tal y como hacía Chaplin.

A partir de esta película Langdon no obtuvo más éxitos destacables y fue perdiendo el favor del público poco a poco. Las razón principal según apuntó posteriormente Frank Capra y corroboraría en su libro, “King of Comedy”, Mack Sennett, era que Langdon no podía dirigirse a sí mismo, ya que no comprendía completamente el personaje que se había creado y que en la vida real, era igual de inmaduro que su personaje en la pantalla.

Capra también diría de él:He was the most tragic figure I ever came across in show business”.

Producida para United Artist en 1931, esta obra maestra agridulce, cuenta la trágica historia de un pobre hombre (Charlie Chaplin) que se enamora de una florista ciega (Virginia Cherrill) y como, gracias al encuentro fortuito con un excéntrico millonario, podrá obtener los fondos necesarios para devolverla la vista.

La conciencia social de Chaplin se revela desde el principio del film cuando el hombre desempleado es descubierto durmiendo en el regazo de la recién inaugurada estatua de la prosperidad, monumento público solemnemente guardado por soldados armados.

A pesar de que el sonoro ya estaba disponible, Chaplin elige no utilizar la nueva tecnología y opta por el silencio, realizando la orquestación de la película con instrumentos y con audaces efectos de sonido.

Por primera vez Chaplin trabajaba con una actriz (Virginia Cherrill), con la que no mantenía ninguna relación personal, debido a que no quería que ocurriera como en sus experiencias anteriores en las que la considerable tensión en el plató de sus películas, causaba enfrentamientos con sus actrices que finalmente se veían reflejadas en su vida privada.  A este respecto, Chaplin estuvo en varias ocasiones decidido a prescindir de Cherrill y solo su equipo pudo persuadirle de que no lo hiciera, aunque tuviera que doblar el sueldo a la actriz.

Harry Myers interpreta el papel del millonario excéntrico, borracho y suicida y en una divertida escena de un night club aparece Jean Harlow como extra.

Sherlock Jr. es sin duda uno de los más inventivos films de Búster Keaton.

Realizada para la Metro en 1924, contiene escenas realmente sorprendentes y muy ingeniosas de lo que ha venido a llamarse sight gags, o gags visuales, que pasarán a la historia del cine y de la comedia, como la del salto por la ventana desde el interior de una casa, y tras la caída, aparecer vestido de mujer en el suelo del exterior de la casa. ¡Hay que verlo!

En esta película Keaton interpretaba a un proyeccionista de películas que sueña con ser detective. Siguiendo el manual del detective amateur, pondrá en estrecha vigilancia a su rival en el amor y en su trabajo de proyectista, se dormirá en numerosas ocasiones y se trasladará en sueños a los escenarios de las películas que proyecta, rescatando a la heroína del villano en múltiples ocasiones.

Keaton no utilizada dobles para las escenas de peligro y en esta película hay unas cuantas que a punto estuvieron de costarle la vida. Saltos disparatados al vacío para salvar un acueducto a punto de derrumbarse y otros efectos similares, ponían a prueba la elasticidad decara de palo”, que a base de peligrosas acrobacias y atrevidos efectos expresaba sus emociones.

Después del escándalo que destruyó la carrera de Roscoe “Fatty” Arbuckle, su segunda mujer, Doris Dean, comentó que Fatty había realizado una gran cantidad de trabajos no acreditados junto a su amigo Keaton, entre los que se encontraban la escritura y la dirección de este clásico.

Esta fue la primera comedia del dúo cómico formado por Bert Wheeler y Robert Woolsey para la RKO en 1931.

Esta pareja de comediantes ayudaban en este film a una ancianita a levantar su decaída farmacia, enfrentándose para ello contra una banda de ladrones de tomo y lomo. Una gran cantidad de bromas sobre todo en la atención a los clientes por parte especialmente de Woolsey, que se encarga de ofenderles y engañarles para conseguir que el banco no le quite la farmacia a la ancianita.

Ambientada en la prohibición (en 1931 aún estaba vigente) al final están vendiendo alcohol sin darse cuenta. Es destacable la interpretación de la canción «London Bridge is Falling Down” por parte de unos borrachos.

Los dos cómicos realizaron juntos más de 25 películas y su carrera acabó con la súbita muerte de Woolsey por una enfermedad renal. Aunque no eran tan brillantes como otras parejas cómicas como Laurel y Hardy o los propios hermanos Marx, sus películas tienen ese regusto a películas de los años 30, bien  escritas y no demasiado lentas.

Dirigida por William A. Seiter, estaba escrita por Douglas MacLean, que comenzó su carrera de estrella de comedia en la Paramount en los años 20 y se dedicó a escribir guiones y gags cuando llegó el cine sonoro.

En la fotografía podemos ver de izquierda a derecha, a la pareja de cómicos, Bert Wheeler y Robert Woolsey, a Jason Robards Sr., un prominente actor de teatro que apareció en más de 100 películas de cine mudo de Hollywood, y  a la ancianita, Lucy Beaumont.

Como polizontes en un lujoso trasatlántico, los cuatro Hermanos Marx: Harpo, Chico, Groucho y Zeppo encabezan esta hilarante comedia clásica realizada para la Paramount en 1931.

Al final el cuarteto de polizontes se convertirá en guardaespaldas de dos gánsteres rivales, mientras tratan por todos los medios de eludir a la tripulación del buque.

Hay una escena que se haría muy famosa y que incluye a los cuatro hermanos tratando de escabullirse a través de un puesto de control de pasajeros del barco haciéndose pasar por Maurice Chevalier.

Situaciones caóticas, frases absurdas en diálogos chispeantes e ingeniosos, esta película de los hermanos Marx, será la primera que rodarán sin estar basada en ninguna adaptación de sus shows de Broadway.

Como de costumbre en las películas de estos locos hermanos, hubo que realizar varios cambios para eliminar algunas insinuaciones sexuales, y así contentar a la censura. Aún así, en algunos países fuera de Estados Unidos, la película fue prohibida ya que los censores temían que alentaría las tendencias anárquicas.

Cuando Hardy es abandonado por su chica, él y Laurel se apuntan a la legión extranjera y acaban juntándose en los barracones compartidos con otros soldados a los que ha dejado la misma mujer.

Con este genial planteamiento inicial comienza Beau Hunks, producida para la MGM – Hal Roach en el 1931.

Jean Harlow dio su consentimiento para ser la mujer de la que todos los soldados se enamoraban y que al final los abandonaba, y aparece en la fotografía que todos llevan consigo.

Los nuevos legionarios se tendrán que ganar el respeto de su desaprobatorio coronel (Charles Middleton) frustrando una rebelión tribal dirigida por el villano Abdul Kasim K’Horne (interpretado por el director del film James Horne).

Un ex legionario de verdad hizo las funciones de supervisor técnico y las localizaciones en el desierto hicieron estragos en el rodaje de este film produciendo a los actores y resto del equipo quemaduras importantes, ampollas y daños en los ojos, principalmente en el rodaje de la secuencia de la tormenta de arena.

La trama de “Héroes de tachuela”, que así es como se llamó la película en España, está inspirada en dos películas contemporáneas, Marocco de Stenberg y Friends and Lovers de Eric von Stroheim. Pero Beau Hunks no es una parodia fácil de estas dos películas. Finalmente se convierte en un espectáculo de tortazos, caídas y persecuciones carentes de originalidad y de ritmo, si excluimos alguna de las destructivas secuencias del inicio.

Esta será la octava comedia que Joe E. Brown, conocido como el payaso de la cara de caucho y la boca de pala ancha, protagonizaría para First Nacional. En esta ocasión en esta Broadminded en 1931.

En este film, Brown es perseguido por Bela Lugosi en el papel de Pancho, un airado sudamericano cuyo perrito caliente ha sido robado por Brown.

El argumento es débil y los chistes presentados son de risa fácil, típicos del estilo de Brown, más saludable y pícaro que inteligente. El chico de pueblo inocente, dulce y algo ingenuo, pero que finalmente tiene salidas de gran sentido común.

La personalidad de este actor en la pantalla refleja sus orígenes humildes del Medio oeste. Brown llegó a ser acróbata a los nueve años, y siendo aún pequeño se escapó para unirse a un circo con las bendiciones de su familia.

Además, Joe E. Brown fue un gran atleta y jugador de béisbol semi-profesional.

Muy querido y altamente considerado durante su larga carrera, Brown es particularmente recordado por su papel en Some Like It Hot (Con faldas y a lo loco), interpretando al millonario Osgood Fielding que se enamora del músico de jazz travestido Jack Lemmon. Finalmente descubrirá por fin que la chica de sus sueños realmente es un hombre y dirá la famosa frase de cierre del film: “Well, nobody’s perfect”.

La estrella femenina de esta comedia, Thelma Todd, que aparece con Brown en el afiche de la película, estaba dotada de una sorprendente cabellera rubia y de unas cualidades cómicas soberbias. Aparecería en más de 100 películas en su breve carrera de nueve años, que finalizó abruptamente en Diciembre de 1935 cuando fue encontrada muerta por envenenamiento de monóxido de carbono en su coche aparcado. Su misteriosa muerte, suicidio, accidente o asesinato, a la edad de 30 años, sigue aún sin resolver.

El director del film era Mervyn LeRoy, que realizó esta comedia entre dos dramas sociales de poderío: Little Caesar (Hampa dorada) y I Am A Fugitive From A Chain Gang (Soy un fugitivo).

Joe E. Brown saluda a los visitantes

Joe E. Brown saluda a los visitantes

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Fuentes documentales utilizadas:

Lobby Cards. The Classic Comedies. Kathryn Leigh Scott. Pomegranate Press, Ltd.
Classic Movie Comedians. Neil Sinyard. Smithmark Books.
Comedia, Humor y sátira en el cine. Juan Campos. Editorial La Máscara.
A-Z Of Silent Film Comedy. Glenn Mitchell. B.T. Batsford Ltd. London.
Todas las películas de Charlie Chaplin.  Gerald D. McDonald y otros. RBA Editores.
Las películas de Stan Laurel y Oliver Hardy. RBA Editores.
Hollywood Babilonia. Kenneth Angeer. TusQuets editores.
Joyas del Cine Mudo. Vicente Romero. Editorial Complutense.
Diccionario Espasa de Cine. Augusto M. Torres. Espasa.

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