Empusas, Lamias y Éstriges.
La novela Drácula de Bran Stoker, propone a las vampiras como mujeres subordinadas al conde transilvano, que se convierten en sus esposas o en sus hijas reforzando el carácter patriarcal y dominante del vampiro principal, del creador.
Pero algunas muertas sedientas de sangre no tienen nada que ver con esta idea. Son autónomas y corresponden a otra rama de la tradición popular y culta. Su origen es griego clásico y no transilvano. No se trata de cadáveres animados sino de espectros eróticos chupadores de sangre juvenil.
Los griegos las llamaron Empusas, Lamias o Éstriges.
Hay quien dice que las Lamias son de origen oriental, y que su fuente es una leyenda Libia que los griegos habrían helenizado. De hecho, su nombre helenizado proviene de “Lamyros” (glotón).
La Empusa es como las sirenas o las esfinges, una especie de espectro infernal relacionado con el mundo de los muertos. Puede transformarse a voluntad en diversos animales o en mujeres seductoras que chupan la sangre de los jóvenes para adquirir consistencia y vitalidad. Sólo así se liberan de su propio horror consistente en saber que no son nada más que un vacío revestido de apariencias quiméricas y cambiantes.
Ya aparecen Empusas en “Los Asambleístas” de Aristófanes o en “La vida de Apolonio de Tiana” de Filóstrato, donde estos seres infernales son finalmente descubiertos a pesar de sus artificios y los espejismos de deseo con que embaucan a los hombres para acabar devorándolos.
Johann Wolfgang Von Goethe se inspiraría en el episodio de Empusa de Filóstrato para su balada “Die Braut Von Korinth” (La novia de Corinto, 1797), donde el regreso de la joven novia, virgen muerta, no tiene otra razón de ser que la de beber la sangre de su prometido hasta matarle:
Este joven me fue prometido
cuando el alegre templo de Venus estaba en pie.
Madre, la palabra se rompió
porque una extraña,
una falsa promesa nos había unido (…).
De la tumba yo me he levantado
a buscar mi prometido bien,
para hallar al hombre al que amar
y beber la sangre de su corazón.
En 1819, el poeta romántico John Keats, escribiría la bellísima balada Lamia, basándose en el texto de Filóstrato.
La Empusa de Filóstrato es la antepasada de la vampiro moderna, cuyo prototipo es la Clarimonda de Théophile Gautier (La muerta enamorada, 1836).
El hermoso espectro de Clarimonda, gran cortesana muerta tras una orgía que ha durado ocho días con sus noches, envuelve al joven sacerdote Romualdo, en una maraña de sexo y de lujo a cambio de extraer de sus cenas el alimento para llenar su vacío.
George MacDonald (1824-1895) en su novela Lilith y posteriormente Charles Baudelarire en El vampiro y Las metamorfosis del vampiro, de Las flores del mal (1857), dejarían constancia novelada de la concepción vampírica de la mujer, elevada a los altares de la voluptuosidad y que engancha a los hombres, seduciéndolos con sus encantos, loca y engalanada, como un rebaño de demonios.
En ocasiones, las Empusas, en lugar de alimentarse de la sangre de un hombre, le succionan la energía psíquica. Arthur Conan Doyle, escribió una obra maestra de este género titulada The Parasite (El parásito, 1894), donde describía a la perfección la cercanía con una Empusa de estas características:
“De acuerdo con sus propias explicaciones –anota en el diario- esa mujer puede dominar mi sistema nervioso. Puede proyectarse a sí misma dentro de mi cuerpo y mandar en él. Tiene un alma de parásito; sí, un alma de parásito, de monstruoso parásito. Se introduce en mi organismo como el ermitaño en la concha del caracol”.
Las Empusas y vampiras de esta índole no desearon otra cosa que varones hasta el siglo XIX en el que aparecerían las primeras mujeres vampiras que no desean a hombres para devorar o poseer sino que deseaban a personas de su mismo sexo, es el caso de la vampira Carmilla, de la historia corta de Joseph Sheridan Le Fanu.
Más sensual que la Clarimonda de Gautier, Carmilla introduciría en el género vampírico clásico a la vampira lésbica.
La Empusa, la mujer como animal depredador, fue homenajeada también por Friedrich Wilhelm Murnau en su película Nosferatu (Eine Symphonie des Grauens, 1922), dando ese nombre al barco donde el conde Orlok viaja hacia la ciudad de Visborg.
Más recientemente, en el 2008, nuestro mejor y más internacional hombre lobo y director de terror, Paul Naschy (Jacinto Molina), ha estrenado también una película con este título. Empusa utiliza la mitología griega para contarnos una historia de terror que nos sumergirá en una historia de pesadilla y de muertes.
El nombre de esta mujer demoniaca, como diría Van Helsing, ha ido a parar también a un insecto de la misma orden que la Mantis religiosa, pero de distinta familia. Más pequeña que la Mantis, la Empusa (Empusa pauperata) es una criatura delgada y horripilante, que se mimetiza con ramitas y hojas de hierba.
El más extraño de nuestros insectos, al igual que la Mantis y según numerosos naturalistas, posee escalofriantes características. En general todos los artrópodos mandibulados son criaturas siniestras, seres de otro mundo que fascinaron al conde de Lautréamont, a Luis Buñuel y a Salvador Dalí, artistas de refinada sensibilidad que veían las cosas con ojos poliédricos.
Fuentes documentales utilizadas:
Espectra. Descenso a las criptas de la literatura y el cine. Pilar Pedraza. Ed. Valdemar. Vampires. The World of the Undead. Jean Marigny. Ed. Thames and Hudson. La Pantalla Demoniaca. Lotte H. Eisner. Ed. Catedra. Signo e imagen.Si te gustó, también puedes ver:
Amor por los Chupasangres. Carteles de Murnau. Circe, bebedizos inmortales. Noctámbulos de Clyde Caldwell. Transilvania J&B Party Meme.
reyes said,
15 julio 2009 a 22:00
Hola Jesús , como siempre me ha encantado , qué belleza de imágenes (bueno, algunas ) y qué bien la documentación .
un besito
senses&nonsenses said,
16 julio 2009 a 22:00
en la mitología vasca las lamias son una especie de bruja buena, y las sorgines son las brujas malas. las lamias eran unos seres fantásticos, mujeres pero en las extremidades, con las manos y pies unidos por una telilla, ccomo si fueran de patos. (creo que me he explicado fatal).
en fin, me ha parecido curioso por comentar…
un abrazo
Andrés said,
16 julio 2009 a 22:00
Había leído algo de las lamias antes, pero no encontré mucha información. Aquí has desplegado una magnífica exposición de cómo estos seres han inspirado obras de diferentes artes.
Muy interesante lo de las que extraen energía písiquica en vez de sangre y las lamias lésbicas, no había oído hablar antes de estas excitantes facetas.
Por cierto, me apunto lo de la película «Empusa», tiene que ser flipante ver una peli de mitología, con lo que me gusta a mi…
Recibe un fuerte abrazo y mi enhorabuena como siempre por otra instructiva entrada.
Irene said,
16 julio 2009 a 22:00
wow! qué buena documentación sobre el tema! yo sólo las había visto en Drácula!
Bueno te cuento que sí hicimos camisetas de XL, pásate por el rincón a preguntar porque no sé si quedarán (hicimos una pequeña tirada limitada), pero yo creo que sí!
La calle Cronista Juan Catalina es la lateral del instituto Liceo Caracense, no tiene pérdida!
Está abierto de 11 a 13 y de 18 a 20, aunq el horario es un poco flexible porq está atendido por voluntarios.
Ya me contarás si te gusta!
saludos!
Jenny said,
17 julio 2009 a 22:00
Me gusta mucho la descripción que hace Arthur Conan Doyle en The Parasite. No conocía a la Empusa pauperata, mira que lista que se mimetiza con ramitas y hojas de hierba.
Un saludo.
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19 enero 2012 a 22:00
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